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El 14 de Abril se festeja el Día de las Américas, una celebración instaurada en 1931 en conmemoración de la Unión de las Repúblicas Americanas. Esto es lo que se lee en la página oficial del Ministerio de Educación en el sito referido a las efemérides escolares, la cuál tiene un enlace en nuestro blog.  En la misma también se observa, en sus primer párrafo, una referencia a Simón Bolívar en su convocatoria al  Congreso Anfictiónico de Panamá en 1826, que fue el intento del Gran Libertador para unir a las repúblicas recién liberadas del dominio español . Nos parece oportuno ampliar un  poco más esa referencia histórica reproduciendo una parte del artículo hecho por un académico de la Universidad de Panamá, ante la celebración de los 180 años del congreso convocado por Bolívar en 1826. Recomendamos analizar las dos referencias y sacar conclusiones del origen de la celebración del Día de las Américas, para poder resignificar las fechas poniendo especial atención al ideal Bolivariano. 

La Escuela
  
Día de las Américas
  
"En 1826, el libertador Simón Bolívar convocó al Congreso de Panamá con la idea de crear una asociación de estados en el hemisferio. En 1890, la Primera Conferencia Internacional Americana, efectuada en la ciudad de Washington, estableció la Unión Internacional de las Repúblicas Americanas y su secretaría permanente, la Oficina Comercial de las Repúblicas Americanas, predecesora de la OEA." (Fuente: Historia de la Organización de Estados Americanos -OEA-).

El primer Día de las Américas fue celebrado el 14 de abril de 1931, en conmemoración a la fundación de la Unión de las Repúblicas Americanas (llamada a partir de 1910 Unión Panamericana y, a partir de 1948, Organización de los Estados Americanos -OEA-). En Washington, el presidente de los Estados Unidos, Herbert Hoover, fue el principal orador en una ceremonia que incluyó la siembra de un árbol en los jardines de la Unión Panamericana.
Varios países declararon entonces el 14 de abril como fiesta nacional. Hubo recepciones diplomáticas, celebraciones públicas y civiles, programas en las escuelas y una gran cantidad de proclamaciones promoviendo los principios del Panamericanismo. Una de esas declaraciones aseguró que en el Espíritu del Panamericanismo, las naciones de América podrían :
“reafirmar los ideales de paz y solidaridad continental que todos profesan, fortalecer sus lazos naturales e históricos y recordar los intereses comunes y aspiraciones que hacen a los países del hemisferio un centro de influencia positiva en el movimiento universal a favor de la paz, la justicia y la ley entre las naciones”

El Día de las Américas simboliza así la soberanía y la unión voluntaria en una comunidad continental. Cada año, el 14 de abril, ya sea por promulgación presidencial o legislativa, el Día y la Semana Panamericanos son conmemorados en la mayor parte de los países americanos. 
Fuente: Ministerio de Educación , Efemérides Culturales Argentinas , consultado el 11/4/2011,http://www.me.gov.ar/efeme/america/index.html
 
 
 
Panamá conmemora el 180 aniversario del Congreso Anfictiónico de 1826
Miguel Ángel Candanedo (Fragmento,2006)

Como es de conocimiento general, el pasado 22 de junio «Nuestra América» conmemoró el 180 Aniversario del Congreso Anfictiónico de Panamá y nuestro país, como sede de tan trascendental cónclave, fue centro de un conjunto de actividades conmemorativas de tan importante efemérides.

Cuando usualmente aludimos a la figura de Simón Bolívar en términos de El Libertador, se nos viene a la mente sus hazañas militares que hicieron posible la liberación de vastos territorios americanos, antiguas colonias españolas. Igualmente, la relacionamos con el proceso de formación de los Estados Nacionales de Hispanoamérica, democráticos y soberanos. Sin embargo pese al carácter trascendental de sus epopeyas guerreras y a su papel definitorio en la gestación de las repúblicas hispanoamericanas, quizá lo fundamental lo pasamos por alto; de allí, de la importancia de poner al descubierto la visión y los empeños de Bolívar por construir la integración de la «gran patria americana».

Nos atrevemos a afirmarlo en términos taxativos, lo más trascendental del legado de Bolívar fue su proyecto de integración de los países de Nuestra América, porque no se trató de una declaración de buenos deseos, ni de una quimera ilusoria, sino de la elaboración de un proyecto racionalmente argumentado y construido, como la única respuesta posible para que los pueblos recién liberados, débiles como eran, pudieran enfrentar en condiciones de relativa igualdad a los grandes intereses de las potencias de la Santa Alianza o el naciente poderío de los Estados Unidos de América.

Desde una fecha muy temprana, en 1815, Bolívar, en su conocida Carta de Jamaica, expresaba con toda claridad el conjunto de características comunes de los pueblos hispanoamericanos que constituían la base material sobre la cual se sustentaba el proyecto de integración; pero al mismo tiempo, indicaba una gama de situaciones que conspiraban contra la unidad y nos llevaban a separarnos. Decía textualmente el Liber-tador en la Carta de Jamaica: «Yo deseo, más que otro alguno, ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria». No obstante, en ese histórico pronunciamiento vertía múltiples consideraciones en torno a la situación de cada uno de los territorios de nuestra América y de las posibilidades de organizarse como Estados Nacionales, pese al proyecto ideal de integración en una sola entidad nacional, grande y poderosa. Al respecto, expresa:

Es una idea grandiosa pretender formar de todo el mundo nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse; mas no es posible porque climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres desemejantes

En ese mismo documento, anunciador del proyecto integracionista de Hispanoamérica, el Libertador pre enunciaba, por primera vez hasta donde sabemos, el proyecto de Congreso Anfictiónico de Panamá. Decía:

Ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí (en Panamá) un augusto Congreso de los representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras tres partes del mundo.

Sabemos que, pese a los avatares de la guerra de independencia, Bolívar le dio seguimiento al proyecto de Congreso Anfictiónico anunciado en la Carta de Jamaica y que tan pronto las circunstancias lo permitieran, tomó las decisiones necesarias para convocarlo. No obstante, desde aquellos primeros años de la lucha emancipadora, Bolívar advierte que los Estados Unidos constituían un serio obstáculo para el desarrollo de sus proyectos. Así lo manifiesta Pividal Padrón, en su obra Bolívar: Pensamiento precursor del antiimperialismo, cuando expresa que:

Cuando aún no había comenzado la institucionalización de Venezuela, surgieron, en el exterior, las primeras dificultades con los Estados Unidos, cuyos círculos gobernantes se dedicaron, desde época bien temprana, a obstaculizar el propósito integrador e independentista que alimentaba Simón Bolívar.

Francisco Pividal desarrolla extensamente las múltiples dificultades que confrontó Bolívar para que Estados Unidos le brindara el reconocimiento diplomático a las repúblicas americanas independizadas, una larga lucha  que se extendió desde 1810 hasta que finalmente en 1822 no les quedó otro camino que reconocer la independencia de la Gran Colombia.

A raíz del Congreso de Cúcuta, Bolívar dio los primeros pasos en firme para hacer realidad la convocatoria para el Congreso Anfictiónico, tarea que recayó en la egregia figura del Dr. Pedro Gual, a quien instruyó de la siguiente manera:

Es necesario que la nuestra sea una sociedad de naciones hermanas, separadas por ahora en el ejercicio de su soberanía por el curso de los acontecimientos humanos, pero unidas, fuertes y poderosas para sostenerse contra las agresiones del poder extranjero... hay que poner desde ahora los cimientos de un Cuerpo Anfictiónico o Asamblea de Plenipotenciarios que dé impulso a los intereses comunes de los Estados Americanos, que diriman las discordias que puedan suscitarse en lo venidero entre pueblos que tienen unas mismas costumbres y unas mismas habitudes...

Se trata de un proyecto de integración de los países cuales les proponía la conformación de «un pacto social que debe formar de este mundo una noción de Repúblicas».

El 7 de diciembre de 1824, Bolívar cursó desde Lima las invitaciones a los gobiernos de Colombia, México, Río de La Plata, Chile y Guatemala para constituir el Congreso Anfictiónico de Panamá. Además de la invitación, propiamente dicha, en un texto de más de diez párrafos Bolívar justificada el proyecto de confederación de los países de nuestra América, como la única vía de preservar la independencia de nuestros pueblos.

Tan pronto se hizo de conocimiento público la invitación para el Congreso de Panamá, fuerzas oscuras empezaron a moverse con el propósito de «boicotear» u obstaculizar el proyecto bolivariano. La primera de ella, los Estados Unidos y, en menor medida y por razones diferentes, Inglaterra. Sobre este asunto se pronuncia Francisco Pividal cuando contrapone las dos concepciones acerca del futuro de América Española. Señala:

Bolívar fue el primero en comprender que el desarrollo de los Estados Unidos los conduciría a proyectarse sobre todo el continente y, por tanto, era indispensable crear una fuerza que contrarrestara esa proyección, al unirnos en un haz de pueblos libres.
Dos concepciones tendrían que enfrentarse en el terreno ideológico y político. el clímax de la contradicción escenificaría su cuadro final en el istmo de Panamá con motivo del Congreso Anfictiónico.

Sin lugar a dudas, el numen en que se inspiró El Libertador al esbozar los lineamientos generales sobre la naturaleza y objetivo del Congreso de Panamá de 1826 fueron las instituciones de integración y autodefensa de las Ciudades Estados griegas. Por ello, señala Pividal que:

Bolívar, admirador de las instituciones griegas, a las que en muchos de sus escritos hubo de referirse, habló siempre de repeler la amenaza extranjera como un mal que afectaba a toda la comunidad hispanoamericana. Para lograrlo —afirmaba— era indispensable forjar un cuerpo, al que comienza a llamar anfictiónico, que diera impulso a la defensa de los intereses comunes de los Estados que antes habían sido colonias españolas.
El nombre de anfictiónico no es más que una reminiscencia de aquel derecho que tenían las ciudades confederadas de la antigua Grecia de enviar un representante al Consejo de Anfictiones. Este consejo era una especie de tribunal que se esforzaba en atenuar las disensiones entre los griegos.

El proyecto bolivariano de integración de «Nuestra América», así como tuvo poderosos adversarios, también contó con el apoyo de de egregias figuras del pensamiento y la acción hispanoamericana. Tal fue el caso de Pedro Gual, José Cecilio Del Valle, Tomás Cipriano Mosquera y Francisco José De Sucre, entre otros distinguidos hispanoamericanos. Sin embargo, tan valiosos apoyos se estrellaron con la oposición abierta e intransigente de Estados Unidos y de «la pérfida Albión», y con las acciones solapadas de poderosos militares y políticos de los diversos países hispanoamericanos, de cortas entendederas y ambiciones personalistas insaciables que, como fuera el caso del Vicepresidente Santander, pusieron todas las piedras en el camino, a fin de que el glorioso proyecto de integración no tuviera la esplendidez política esperada, incluso que fracasara estrepitosamente. Así tenemos que:

El prócer centroamericano (José Cecilio Del Valle) proponía la reunión en Costa Rica o en León (Nicaragua)...
La idea de Del Valle se aproximaba bastante a los planes bolivarianos... Para El Libertador, no eran todos sino sólo los de América, antes colonias españolas.
El Departamento de Estado de los Estados Unidos envió urgentemente sendas instrucciones a sus agentes diplomáticos en Hispanoamérica para que impidieran la constitución del Cuerpo Anfictiónico o Asamblea de Plenipotenciarios, cuyo parto se aproximaba ineluctablemente.

Ejemplo de lo anterior, las instrucciones recibidas por Richard C. Anderson, Ministro de los Estados Unidos ante Colombia en 1823, y que expresaba con inusitada insolencia: «Durante algún tiempo han fermentado en la imaginación de muchos estadistas teóricos los propósitos flotantes e indigestos de esa Gran Confederación Americana...».

Como era de esperarse también conspiraran los Estados Unidos contra Bolívar y su proyecto de Congreso Anfictiónico frente a los otros gobiernos hispanoamericanos. Así, por ejemplo, se dirigieron a los gobiernos de Chile, de Argentina, México y Guatemala. De tal manera que, suspendidas las sesiones del Congreso en su sede Panamá y trasladando a Tucubaya, México, donde se rotundamente, ya que únicamente el gobierno de Colombia aprobó el texto del Acuerdo de Confederación negociada por los representantes de los diversos países. De este fracaso fue responsable la mano larga y truculenta de los intereses estadounidenses.

A lo largo de sesenta y tres años, Estados Unidos continuaría conspirando contra el proyecto de integración de Nuestra América hasta lograr sus propósitos. Así lo expresa Pividal cuando comenta que:

Con paciente laboriosidad, los Estados Unidos demoraron 63 años para desvirtuar el ideal del Libertador, concretado en el Congreso Hispanoamericano de Panamá. Durante todo ese tiempo fueron llevando al «rebaño de gobiernos latinoamericanos» al redil de Washington, hasta que en 1889 pudieron celebrar la Primera Conferencia Americana, haciendo creer que entre las repúblicas hispanoamericanas y los Estados Unidos podían existir intereses comunes.

José Martí, testigo de excepción, reseñó con particular agudeza y profundidad los avatares de dicha conferencia y las maniobras del Secretario de Estado estadounidense dirigidas a desnaturalizar el proyecto de unidad latinoamericanista...............

Ver artículo completo en:
Fuente: Candanedo, Miguel Ángel.Panamá conmemora el 180 aniversario del Congreso Anfictiónico de 1826En Publicación: Análisis de Coyunturas no. 4. Pensamiento Bolivariano en la actualidad. IDEN, Instituto de Estudios Nacionales, Universidad de Panamá: Panamá. agosto2006. [Citado: 12/4/2011]. Disponible en: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/panama/iden/coyu/coyuntura4.pdf ISSN: 1819-561X.


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